Tanto la residencia SAR, de Costa d’en Blanes, como la de Miquel Mir, en Inca, se movieron y cantaron muy animadamente al son de la música de la Tuna del Club.
Las risas viajaron por toda la sala en ambas residencias y un soplo de una juventud vigorosa recorrió a las personas mayores que disfrutaron de otra brillante actuación de la Tuna.
Pero aquí no quedó toda la jornada. Los músicos tuvieron la bonita experiencia de compartir una deliciosa merienda con los residentes en la que charlaron animadamente.
Es siempre importante mencionar la detenida atención que los técnicos de la residecia muestran a los tuneros del Club del Suscriptor.