Katy Orfila fue la encargada de acompañar al numeroso grupo de amigos del Club que, una tarde más, se apuntó al plan de ‘palomitas y cine’.
En esta ocasión tocaba una francesa, Reparando a los vivos, de la directora Katell Quillévéré. Una propuesta que pone sobre la mesa la delicada situación de unos padres que deben enfrentarse al accidente de su hijo y la posibilidad de donar su corazón; y también la de una mujer que vive delicadamente con la esperanza de recibir una donación que le permita alargar su existencia terrenal. Desde el Club confirman que, pese a la sensibilidad del tema, éste es tratado «de forma preciosa y elegante, consiguiendo imprimir buenas sensaciones al acabar la película». Una vez más, fueron los cines Augusta, en pleno centro de Ciutat, los que se encargaron de este encuentro.