La semana pasada parte de los suscriptores del Club de Ultima Hora, tuvo la oportunidad de conocer uno de esos países que atraen, que cautivan y que al menos se debería poder visitar una vez en la vida.
Rusia es protagonista de fábulas de Disney, de muchas películas de acción norteamericanas y punto estratégico de novelas fascinantes... pero en esta ocasión, para nuestros suscriptores fue el destino de unas vacaciones que, sin duda, les ha dejado huella.
Obviamente, no visitaron toda Rusia, ya que ésta ocupa una novena parte del planeta, pero sí hicieron un recorrido intenso y variopinto por dos de las ciudades más importantes.
Así, el pasado 11 de octubre aterrizaban de noche en Moscú para amanecer el Día del Pilar en la capital, preparados para fotografiar cada rincón. Comenzaron a entrar en calor -recordemos que las temperaturas actuales de Moscú rondan los siete grados- con una visita a pie por el centro histórico, que incluía la Plaza Roja, Patrimonio de la Humanidad, donde se encuentra el mausoleo de Lenin. La Catedral de San Basilio o la de Cristo Salvador, dibujaron parte del itinerario del día, al que se sumó la visita al interior del Kremlin de Moscú. Tras esta jornada, el grupo regresó al hotel con la mente puesta en el siguiente día. La capital moscovita seguía trazando el recorrido del viaje ya que no podían perderse visitar: las avenidas que bordean el río Moskova, el parlamento, o una panorámica de la ciudad desde la colina de los Gorriones. Este día, tras la comida, el grupo contó con tiempo libre para volver a visitar aquello que más les impactó y realizar algunas compras. Tras una apacible noche, el viaje prosiguió en tren hacia San Petersburgo, donde se alojaron el resto del viaje. Y es que, esta importante ciudad bien merecía varios días para desgranar todo su encanto. Los viajeros tuvieron el sazón de descubrir lugares como la Plaza del Senado, las catedrales de Nuestra Señora de Kazany, de Kazansky y de San Isaak; el museo del Hermitage o la residencia de verano del Zar Pedro I El Grande, conocida como el Versalles Ruso. Los paseos también fueron agradecidos y regalaron panorámicas tan interesantes como las orillas del río Neva o la avenida Nevsky, principal arteria comercial de la ciudad.
En general, el grupo reconoce haber disfrutado de ambas ciudades y destacan la guía local que les acompañó en Moscú, Elisa, quien les describió cada rincón e historia. También les llamó la atención la apabullante Plaza Roja así como el mausoleo de Lenin. Y no les dejó nada indiferente el recorrido en barca por los canales, que les permitió ser testigos de una visión privilegiada de San Petersburgo, donde Alexandra y Catalina fueron sus guías. Por último, remarcan una muy buena anécdota y es que si San Petersburgo cuenta con 60 días de sol al año, los suscriptores tuvieron la gran fortuna de disfrutar de uno de ellos.