Son las diez de la mañana, y un nutrido grupo de suscriptores se da cita a las puertas de Marineland. La temporada estival ha arrancado en el Club del Suscriptor que, con esta tradicional salida, da por inauguradas las actividades veraniegas. El parque marino y delfinario de Mallorca es toda una seña de identidad en los meses de calor, y el componente educacional que le acompaña asegura el éxito de la visita.
Y precisamente por las características propias del parque y por su oferta de ocio, grandes y pequeños disfrutaron, el pasado sábado 28 de mayo, de una jornada realmente satisfactoria organizada por el Club en la que el mayor problema era decidir el rincón del parque que tocaba visitar. Ana Pintos, representando al Club del Suscriptor, fue la encargada de recibir al grupo de socios y darles la bienvenida con el afecto y simpatía que caracteriza a la familia del Club. Los más pequeños se llevaron una grata sorpresa cuando, en la entrada, les agasajaron con caramelos y pelotas hinchables con las que más tarde jugarían por todo el parque.
Una de las primeras actividades de las que se pudo disfrutar fue ver cómo los cuidadores daban de comer a los animales del parque: peces, focas y pingüinos, momento en el que aprovecharon para explicar a los más curiosos algunos hábitos o peculiaridades de los animales.
Los flamencos, con su característico color rosado, daban la bienvenida al grupo en una de las primeras paradas que hacían en el recorrido al entrar al recinto.
En la Casa Tropical descubrieron animales tan variopintos como las ranas flecha, las iguanas, las serpientes o los titis; fue uno de los espacios preferidos de muchos niños. También pudieron conocer los animales del acuario en el que habitan pirañas, tiburones de puntas negras, los simpáticos ‘peces payaso’ y la entrañable tortuga marina, entre otros. El aviario es otro de los espacios del parque, en él conviven diferentes tipos de aves que son motivo de fotografía de los más pequeños que miran con curiosidad sus vuelos.
Sin embargo, y aunque todas las paradas eran atractivas, los visitantes esperaban impacientes los espectáculos de los papagayos, los leones marinos y los delfines. Una vez más, se llenaron las gradas con un público ávido de experiencias nuevas, familias entusiasmadas por ver a los animales realizar juegos y acrobacias imposibles. No es para menos, es un momento muy especial en el que siempre se descubre algo nuevo de cada una de estas especies.
Los espectáculos se repitieron en diferentes horarios para facilitar la visita del parque. Aves exóticas, loros, cacatúas y papagayos con su larga cola y sus llamativos colores, realizaron varias exhibiciones en las que demostraron su inteligencia, en especial la de los guacamayos. Por su parte, los leones marinos mostraron las principales diferencias entre ellos y las focas, dos especies que se suelen confundir a menudo. Inteligentes y cariñosos. Así se muestran los delfines en su demostración, en la que se reflejaron claramente el estrecho lazo que tienen con sus cuidadores. Capacidad visual, velocidad y rapidez en sus movimientos son solo algunas de sus habilidades.
Los más pequeños tuvieron su momento especial en la zona de piscina y toboganes, donde pudieron canalizar toda su adrenalina y emoción; una zona que también satisface a mayores, puesto que permitió sofocar el calor de una jornada redonda que se saldó con temperaturas más propias del verano que no primaverales.