Uno de los grandes encuentros anuales del Club tuvo lugar el domingo 4 de junio. En la Costa d’en Blanes, un nutrido grupo de suscriptores se daba cita en Marineland. El parque marino y delfinario de Mallorca sirvió de preámbulo para dar la bienvenida al verano y a la agenda estival del Club. Puntuales, a las diez de la mañana, esperaban a las puertas del recinto más de 200 suscriptores de Ultima Hora ávidos de pasar una divertida jornada entre animales. Mamen Oliver, representando al Club del Suscriptor, fue la encargada de recibir al grupo de socios y darles la bienvenida con el afecto y simpatía que caracteriza a la familia del Club.
Por todos es sabido que uno de los grandes protagonistas del parque es el delfín, que cada jornada atrae la mirada curiosa de grandes y pequeños, sin embargo no es el único animal que encontramos en las instalaciones. Los flamencos, con su característico color rosado, daban la bienvenida al grupo en una de las primeras paradas que hacían en el recorrido al entrar al parque. A primera hora de la mañana, los visitantes pudieron ver cómo los cuidadores daban de comer a los animales: pingüinos, focas, peces,… Un momento muy especial en el que los más curiosos tuvieron la oportunidad de preguntar y aprender más sobre algunos de los hábitos y peculiaridades de cada especie.
En la Casa Tropical, los reptiles y anfibios son las grandes estrellas: desde boas constrictoras, pasando por iguanas o camaleones, hasta ranas o tities, unos animalitos muy simpáticos que atraen las sonrisas y cucamonas de grandes y pequeños. Todos ellos viven en espacios que recrean su hábitat natural.
El Aviario, por su parte, alberga una gran variedad de especies: turacos, agapornis o ibis sagrados africanos conviven con tortugas de agua, uno de los animales que más llaman la atención de los niños. En este espacio se puede contemplar cómo preparan sus nidos, crían a sus bebés o cómo las aves más pequeñas empiezan a realizar sus primeros vuelos.
Las profundidades de los océanos Índico y Pacífico están recreadas en la zona de los Acuarios, un mundo de colores en el que encontrar corales, peces payaso o la entrañable tortuga marina de grandes dimensiones. Simplemente un espacio espectacular y relajante donde observar la gran cantidad y variedad de peces, una forma de aprender sobre el fondo marino y descubrir sus maravillas desde la experiencia personal.
Uno de los momentos más esperados durante la visita es la exhibición de los simpáticos delfines; su inteligencia y capacidad de empatía sorprende a todos los espectadores, y el domingo pasado volvió a suceder con los suscriptores. Estos animales, siempre curiosos y muy activos, demostraron su destreza a través de ingeniosos ejercicios, durante los cuales sus entrenadores aprovecharon para enseñarnos un poco más sobre este animal con interesantes explicaciones. La relación entre los delfines y sus cuidadores es muy especial, y los entrenamientos están basados en la confianza recíproca, algo que queda patente en cada exhibición. En Marineland contribuyen a la conservación de esta especie animal y a la investigación para su continuidad.
Por su parte, los leones marinos y las focas no dejaron indiferente al público; son especies muy ágiles y juguetonas, y, entre otros aspectos, mostraron a los espectadores algunas diferencias entre ellos, como el hecho de que los leones marinos naden con las aletas delanteras. Los leones marinos pueden llegar a medir hasta dos metros de longitud y a pesar más de 300 kg.
El espectáculo de los papagayos tampoco pasó desapercibido. Aves exóticas, loros, cacatúas y papagayos con su larga cola y sus llamativos colores, realizaron varias exhibiciones en las que demostraron su inteligencia, en especial la de los guacamayos.
Visitado todo el parque y vistas todas las exhibiciones (se repitieron en diferentes horarios para facilitar la visita al parque), llegó el momento en el el protagonismo pasó a pertenecer a los más pequeños, puesto que llegó el momento de los baños en la zona de piscina y toboganes. Y, aunque la lluvia amenazó en algún que otro momento, no acabó con sus energías ni aguó la fiesta a nadie, puesto que no fue impedimento para disfrutar de una divertida jornada entre animales marinos.
