Juan Hernández, del Club, fue el encargado de acompañar a medio centenar de suscriptores a la preciosa isla de Cabrera.
El día, que transcurrió con un fantástico sol, comenzó embarcando en el barco de la empresa Excursiones a Cabrera, a las diez de la mañana. Tardaron poco más de una hora en llegar al puerto de la isla, aunque previamente se pararon en la enigmática Cueva Azul.
Las aguas intensamente azules invitaron a la mayoría de suscriptores a disfrutar del primer baño. Los que portaban gafas de buceo contemplaron el paisaje del fondo del mar y la tranquilidad de las aguas que también permitieron a los más pequeños remojarse.
Tras esta experiencia, el barco se dirigió al puerto de Cabrera, desde donde fueron hasta la playa para continuar con la diversión de los baños. Algunas parejas decidieron subir al Castillo de Cabrera para admirar, desde lo alto, la bella panorámica del archipiélago. A la hora de la comida, algunos aprovecharon el menú del barco y otros llevaban consigo comida que degustaron en el espacio dedicado exclusivamente para ello, con sombra.
