Desde la estación de Palma, donde sale el Ferrocarril de Sóller, se citaron las cien personas que se apuntaron a esta encantadora excursión a Sóller y su puerto.
Todo comenzó con el Museo Modernista Can Prunera, que descubrieron rincón a rincón cada uno a su aire y dedicando el tiempo que necesitaban a cada elemento.
Después era el turno de recorrer las maravillosas calles de sóller con sus tiendas y encantos en cada esquina. Uno de los edificios más representativos es la iglesia en la plaza. Con el tranvía, un poco más tarde, recorrieron el puerto respirando la brisa marina y apreciando los calientes rayos de sol.
Por su parte, la comida tuvo lugar en el restaurante Mar y Sol, un local que siempre recibe muy bien al grupo y que en esta ocasión preparó un menú compuesto de arròs brut y carn rostida.
El día concluyó con el tradicional sorteo de regalos del Club.