El pasado sábado 7 de septiembre, y después de unos cuantos días de lluvia, el sol brilló sobre Mallorca para recibir al inmenso grupo de suscriptores, quienes, en compañía de familiares y amigos, asistieron a la tradicional despedida del verano organizada por el Club en Western Park. Desde las 10 horas, llenos de entusiasmo y energía fueron llegando al escenario perfecto para un día insuperable. En la entrada del parque les esperaba Ana Pintos, en representación del Club, con su acostumbrada sonrisa y buen humor pendiente siempre de cada detalle.
Ya en el parque, les recibió una atmósfera vibrante y todos los suscriptores, familiares y amigos, fueron llenando cada rincón: tumbonas, áreas de césped, piscinas,... Sin dejar ni un espacio por recorrer, el día se disfrutó completamente desde las diez de la mañana, hasta el cierre del parque, en torno a las cinco de la tarde.
La diversión y la adrenalina marcó el ritmo de la jornada. Entre las atracciones más demandadas y divertidas destacó, a juzgar por las largas colas para subirse, el Gran Cañón y el Big Hole, ambas para disfrutar en grupos. A bordo de un donut, con capacidad para hasta cinco personas, grandes y pequeños disfrutaron de un intenso recorrido entre gritos y carcajadas. En general, los toboganes no descansaron ni un instante. En pareja, por ejemplo, los más atrevidos se subieron al Boomerang, un inmenso half pipe de 15 metros de altura, con una caída absolutamente de vértigo, en la que solo los más temerarios repiten. También, el imponente Huracán, con su tremendo recorrido de diez metros en la oscuridad, sorprendió a parejas y demás valientes. Los clásicos toboganes como La Bestia, con sus treinta metros de caída en vertical, la Cola del Diablo o el Crazy Horses, con un recorrido de veinte metros para ir de cabeza, triunfaron y se subieron y repitieron más de una vez.
No solo intrépidos adultos se apoderaron de este día tan especial y divertido, los niños y adolescentes disfrutaron a sus anchas en las áreas destinadas para ellos. En La Ponderosa, bajo unos enormes cubos de agua refrescante, los más pequeños de la casa pasaron grandes momentos en un espacio hecho a su medida. También, en el Coyote Park, un divertido parque tematizado, vivieron su propia aventura en miniatura.
Otra atracción que contó con gran afluencia de suscriptores, fue la piscina de olas Tam Tam Splash, que hizo su máxima explosión a las 12 y a las 15 horas. Y durante todo el día, sus cubos gigantes trabajaron sin parar dejando caer grandes torrentes de agua helada entre risas y gritos de emoción.
También hubo tiempo para refrescantes y relajados paseos sobre un cómodo flotador para disfrutar de un largo recorrido sobre el agua en la atracción Wild River. Por su parte, algunos de los visitantes apostaron por la tranquilidad de los toboganes más suaves, o por necesarios momentos de descanso en las tumbonas del parque o bajo la sombra sobre sus toallas y pareos.
A la hora de comer, hubo quienes sucumbieron a la oferta gastronómica del parque, entre pizzas, hamburguesas o cubitos de pollo frito. Mientras que los más previsores se reunieron junto a sus neveras en el césped o en las diferentes áreas de descanso, para compartir risas y anécdotas de la mañana, mientras disfrutaban de sus bocatas y demás preparaciones caseras.
La diversión continuó hasta el cierre del parque, momento de despedidas, pero sobre todo, de caras felices y satisfechas de haber pasado un día fantástico. Así lo demuestran las diferentes instantáneas realizadas durante el día, en las que todo el que fue capturado, posó con su mejor sonrisa, incluso después de una increíble caída de vértigo. También hay que reconocer el trabajo del personal del parque que estuvo como siempre a la altura de la ocasión.
Sin duda, este tradicional encuentro organizado por el Club es una experiencia que nunca defrauda y que esperan cada año un inmenso grupo de socios.