Más de quinientas personas se acercaron al restaurante Pequeño Mundo con sus mejores galas, o mejor dicho, con sus peores galas para dar el máximo miedo posible, ¡y lo consiguieron!.
En un escenario perfectamente decorado por el equipo de animación del Club, con telarañas, calabazas, oscuridad y una música de espanto, los suscriptores lo dieron todo, gritaron, bailaron al más puro estilo zombie y se rieron, se rieron mucho.
Pero hasta los personajes de las tinieblas tienen que comer, y para ello disfrutaron de un menú al que le siguió una fiesta de baile a manos de Jimmy, hasta las dos de la mañana.
Además, hubo tiempo para celebrar un concurso, cuyos ganadores se muestran a la izquierda de esta página más el esqueleto rockero junto a estas líneas.
Una noche espantosa llena de jóvenes, adultos y niños.