Definitivamente, Vietnam ha cautivado a los suscriptores. El viaje merecía la pena y así lo ha demostrado una segunda salida a este país asiático que se ha organizado desde el Club del Suscriptor de Ultima Hora, con la colaboración de Halcón Viajes.

El pasado 12 de mayo, el segundo grupo se cruzó con el primero, que regresaba de la aventura, en el aeropuerto. En esta ocasión fue Kati Orfila la que acompañó al grupo en representación del Club; desde Halcón Viajes les acompañó Ricardo Alemany, director comercial de la agencia.

Ya con los pies en suelo vietnamita, disfrutaron de un primer día de viaje muy completo descubriendo la capital del país, Hanói. El Museo de la Guerra llamó la atención del grupo que, ya por tarde tuvo la oportunidad de dar un paseo en los característicos ‘xiclos' por el barrio antiguo. Sin embargo, esas no fueron las únicas actividades: visitaron, entre otros, el mausoleo de Ho Chi Minh, la casa de Ho Chi Minh sobre pilotes, el Palacio del Gobernador, la pagoda del pilar único o el Templo de la Literatura, así llaman a la primera universidad del país que se fundó en 1070.

La Bahía de Halong era otro de los lugares que recibió a los viajeros. Allí se alojaron a bordo del Junco Bhaya, una embarcación tradicional de madera de junco. En el camino previo a Halong, descubrieron sus costumbres, vislumbraron los campos de arroz y los búfalos de agua, conociendo más de cerca la vida rural y tradicionnal de Vietnam.

En Halong, se subieron en las barcas que llevarían al grupo a disfrutar de un maravilloso paseo por la bahía para descubrir algunas de sus numerosas como la de la Tortuga, la del Perro o Cabeza de Hombre. Finalmente, y tras más de 200 escalores, llegaron a la Gruta de la Sorpresa, donde los sentidos afloraron gracias a sus espectaculares vistas. El esfuerzo bien mereció la pena.

Esa fue una noche muy especial, Kati celebró el tradicional sorteo del Club con regalos varios. Pescaron calamares, hicieron un curso de cocina típica y, los más atrevidos, se desmelenaron en el caraoke que dejó tras de sí momentos muy divertidos propiciados por un grupo que en todo momento se mostró muy familiar entre sí. El teatro de marionetas sobre agua fue otra de las actividades que asombraron a los socioss.

Tras una intensa noche, quienes quisieron madrugar disfrutaron de un bello amanecer en un lugar emblemático como es la bahía, donde aprovecharon para hacer un nuevo paseo en barca o en kayac.

De regreso a Hanói, el guía puso a prueba a los socios preguntando sobre sus explicaciones acerca del país y los lugares visitados; quienes acertaban tenían premio: unas originales libélulas muy típicas de Vietnam.

En Hoa Lu, capital de Ninh Binh, visitaron los templos de las dinastías Dinh y Le. En Van Lam realizaron un pequeño recorrido en barco por el río Tam Coc. En el paseo les esperaba un espectacular paisaje lleno de rocas, cuevas y arrozales.

La ajeteadra agenda de viaje también dejó tiempo libre, algunos lo aprovecharon para las compras, pero hubo quien prefirió disfrutar de los placeres de un auténtico masaje vietnamita.