En una superficie de tan solo 571 km cuadrados, Ibiza es una concentración de playas, naturaleza y comercios que hacen de la pequeña isla un paraíso completo tanto para los afortunados que disfrutan de sus encantos todo el año como para los que vienen de fuera y quieren alejarse de la realidad para adentrarse en los rincones mágicos de Ibiza.
Más de 50 calas bordean y unen la isla pitiusa con el mar Mediterráneo. Cualidad que combina a la perfección con el Sol de verano. Por lo tanto, lejos de las fiestas y el ambiente nocturno tan reconocido alrededor del mundo, Ibiza brilla con luz propia.
RECORRIDO
La aventura comenzaba en el puerto de Palma, donde familias, jóvenes y niños esperaban impacientes la llegada de su barco. Una vez en Ibiza, los aventureros se dirigieron hacia Santa Eulària des Riu para dejar sus pertenencias en el hotel Miami Escanar Ibiza y, a las 14.00hs, se dirigieron hambrientos al servicio buffet, donde pudieron disfrutar de una magnífica comida (carnes, pescados, ensaladas, salsas, pizzas...). Una vez recargaron las pilas, los excursionistas se pusieron de camino hacia un mercadillo y otro para hacer algunas compras y, después, se fueron a disfrutar el Sol de Ibiza a la Platja d’en Bossa.
Tras coger un buen moreno de piel, los turistas visitaron el Baluarte y el Cementerio Púnico.
Todos los desplazamientos se llevaron a cabo con autocares tan cómodos que los aventureros salían totalemente descansados de un trayecto a otro.
A las 20:30hs, el grupo tuvo que despedir a la isla vecina para volver a nuestra tan estimada Mallorca, otro paraíso terrenal.
