El Club del Suscriptor adora los viajes que organiza y cualquier puente o fiesta es la excusa perfecta para organizar una fantástica escapada como la que se describe a continuación.

El pasado 13 de abril, los suscriptores se subieron a un avión directo a Zurich. Sin perder ni un minuto, el grupo conducido en todo momento por el guía de Viajes Fama, Juan Medina, y por la representante del Club, Marisa Costa, se puso en marcha nada más pisar suelo suizo con una panorámica de la ciudad a orillas del lago Zurich; después se trasladó hasta Meiringen donde cenaron y durmieron.

La mañana siguiente gozaba de un esplendoroso sol que les acompañó hasta subir a las impresionantes montañas salpicadas de pueblecitos llenos de encanto y tradición. Una vez arriba les sorprendió una nevada, «fue tal la nieve que el autobús no pudo recogernos en el punto donde estábamos y tuvimos que bajar media hora andando, un paseo que nos encantó dado el paisaje en combinación con la nieve», así relata Marisa el momento que tanto disfrutó el grupo.

Hubo tiempo para conocer las cataratas interiores de Trummenbalc, parar en Interlaken, donde comieron; y más tarde, trasladarse a Lucerna. Fue allí donde realizaron un crucero por el Lago de los 4 Cantones y donde fotografiaron sus iglesias barrocas, puentes de madera con más de ocho siglos de antigüedad y su famoso León herido. Además, gracias a una buena climatología subieron en teleférico al monte Chilton, hasta Murren, a más de 1.500 metros de altitud y lugar de inspiración de la famosa serie infantil Heidi.

Al día siguiente fue el turno de conocer Thun y Spiez, y, atravesando el espectacular pueblo de La Jean Pas, llegaron a Gruyere.

A la hora de comer se encontraban en la Capital de la Confederación Helvética, Berna, donde pasearon por su jardín de rosas, vieron los osos, símbolo de la ciudad; la catedral,...

El penúltimo día del viaje se desarrolló en el Principado de Lienchesteín, con una visita a su capital, Vaduz, para continuar hasta Neuschwanstein, donde comieron y después visitaron el castillo del rey Loco, Luis II de Baviera. El alojamiento de ese día fue en Munich.

El último día conocieron el ayuntamiento de la capital Baviera, la catedral de San Pedro. Después de comer fueron al aeropuerto.

Una escapada que cargó de energía y confirmó, una vez más, la buena sintonía de los suscriptores. Una comida excepcional y buenas cervezas de la región, completaron el periplo.